No, para nada.

Me encantaría decirte que con hablarme basta, pero estaría simplificándolo mucho. Mientras tengas un tema de conversación interesante —o tonto, de preferencia— para romper el hielo, lo demás será sencillo. No es difícil conocerme.

Siempre es un placer leerte, B. Fíjate que, aún con lo mucho que me fascinan el cielo nocturno y las estrellas, no tenía la menor idea sobre este dato. Quizás gracias a ti me anime a avivar mi antigua —y casi muerta— obsesión por los cuerpos celestes; he olvidado todo lo que alguna vez aprendí sobre el espacio. Si llegara a pasar, te darás cuenta. Espero con ansias que entonces puedas compartirme más de estos datos interesantes.

¿Cierto? Opino que le faltan unas manos encima.

Sushi, pizza y alitas picantes. Soy un hombre simple.

No sé con qué tono leer esto. ¿Gracias? Supongo.

Bueno, disponible no estoy. Jamás lo he estado.

Desconozco lo que hice, pero agradezco haberme deshecho de esa imagen (probablemente falsa) que tenías de mí. Debo admitir que esto me causó gracia.

Mañana regreso.

Que estás demente.