No sé cómo acercarme, pero te encuentro bastante intrigante y quisiera conocerte.
Me encantaría decirte que con hablarme basta, pero estaría simplificándolo mucho. Mientras tengas un tema de conversación interesante —o tonto, de preferencia— para romper el hielo, lo demás será sencillo. No es difícil conocerme.