Hace ya varios días he pensado mucho en ti. Quisiera poder acercarme.
Me pregunto, una y otra vez: ¿qué es lo que podría frenarte? Pensar por días en una persona o situación se vuelve insoportable, como un perro rabioso cuya única cura llega con el filo de la palabra.
Acércate, cuando quieras.
Yo estaré esperando.