Nunca podría cansarme de amarte tanto como lo hago, mi niña.

Te devuelvo el aprecio, porque en el fondo creo saber quién sos. Todavía me duele lo que ocurrió porque me merecía una explicación, pero sabrás tus razones y las respeto. Espero que seas feliz y que eso que estás viviendo lo sostengas con tanto orgullo. Te mereces todo lo bueno.

¡Buenos días! He estado disfrutando de la lluvia como se debe; en cama y durmiendo. ¿Qué hay de vos, anónimo?

De lo único en lo que estoy segura es que está pendejo, lo demás no tiene respuesta.

Por favor, que nazca lo antes posible. Necesito abrazar a porotito hasta que se canse de mí. Los quiero tanto, tanto.