Angelita ojos de ciervo, pasaba por aquí para decirte que aunque estuve desaparecido (no tanto, pero ya sabrás más adelante porqué), no he podido borrar de mi cabeza el aroma que me dijiste tener.

Aquí quiero admitir un pecado mío por las ansias de hacértelo saber: he comprado una esencia cítrica para sentirte, de manera indirecta, junto a mí. Aunque no sé si será realmente tal cual a tu aroma, pero me basta poder asociarte con ella para pensarte por largas horas.