Te daría cien y una rosas. Una por cada parte de ti que amo. Cada pétalo lo tocaría como la suavidad de tus mejillas, cada flor tan roja como tus labios después de un beso. Hermosa, erguida con la frente en alto, y aun así peligrosa al tacto. Con un pinchazo, caería a tus pies.

Te daría cien y una rosas. Una por cada parte de ti que amo. Todas reunidas, como cada pensamiento que cruza mi mente al recordarte. Encantadoras, su aroma tan dulce como tu mirada, tan tierno como el roce de tus pestañas en cada parpadeo.

Y te daría cien y una rosas. Una por cada parte de ti que amo. La última, una promesa: cuidar tu corazón, y verlo florecer por completo.