Feliz cumpleaños, Vandoth.
No sé cuándo vayas a leer este tonto fragmento, pero me aseguraré de enviarlo a lo que recuerdo que son tus doce en punto. Creí que viviría este cumpleaños a tu lado, pero el destino tomó otro camino hace ya mucho; por ello intentaré no ser evidente, aunque me cueste. No necesito que sepas quién soy, porque sé que eso te haría responder con la misma frialdad de siempre.
Solo quédate con que deseo que tu día sea increíble, que ojalá puedas leer esto más allá de la duda y la curiosidad que tanto te caracterizan.
Soy alguien que te quiso, alguien a quien siempre le vas a importar, incluso si decides apartarme de tu camino. Disfruta del amor que te rodea, de quienes te quieren; nunca te cuestiones si eres merecedora del cariño que recibes. Créeme, lo eres.
Pon tu disco preferido en el tocadiscos, mira ese portal al mar que tienes por ventanas en tu hogar, y piensa que, aunque cumplas un año más, siempre seguirás siendo el alma joven que tanto adoré.
Si me extiendo más, terminarás encontrándome entre mis palabras. Si lo haces, seré feliz mientras puedas dirigirte a mí sin repetir que no deseas tenerme cerca; y si no das con mi identidad, mejor aún.
No imaginas cuánto de mí se formó durante los días en que te quise y aunque ese tiempo ya no existe, lo agradezco profundamente.
Cuídate, mantente sana y sonríe mucho.