Saludos, The Magician. Discúlpame por la tardanza, debía tomarme el tiempo de analizar bien estas mágicas preguntas antes de responderlas, digo con mucho temor por estar bajo la luz de la sala de confesiones. Lo último que me ha movido fue ver los primeros nueve minutos de The Fabelmans mientras comía, esto por la forma en la que comienza volcando devoción y amor por el cine desde la primera escena, lo cual es una experiencia y lo sentí personal al recordar mis primeras experiencias viendo películas, desde el preguntar de qué trata, el olor a palomitas, caminar en la sala hasta los asientos, comentar la película una vez que acaba y atesorarla tanto que terminaba pensándola durante mucho tiempo. Tengo entendido que es una carta de amor por parte del director a su profesión, lo cual aprecio enormemente porque comprendo esa misma pasión por lo que hace trasladado a lo que me gusta a mi. Uno no vive sin amor o sin pasión, sin dejarse mover por las cosas.