No ameritas ni eso, pero ya que me estás rogando para que te responda, aquí te va. Imagínate abrir los ojos y lo primero que haces no es saludar a tu familia, es venir a acosar a tu ex para exigirle que te responda los cincuenta mil anónimos que me dejas. Deja de mandar cosas hablando de ti en tercera persona, que pareces una desquiciada. Hace rato que supe que eras tú la psicópata que me deja incoherencias con esperanzas de que en alguna la pegues y vaya a reclamarte, pero sentada te vas a quedar esperando. Sácate a Mariana de la jeta. Eres la última persona sobre la faz de la tierra que le provocaría inseguridad si ese es tu cometido, no seas tan ridícula. ¿Te da envidia que encontré algo mejor mientras tú sigues buscándome? ¿No te da pena ser la burla de mi círculo con cada estupidez que me escribes? Tú definitivamente no tienes gente que te quiera, que te diga que sólo quedas cómo arrastrada y rogona. Si ellos no te quieren que conviven contigo, imagínate yo. Yo avancé y tú sigues dando vueltas en el mismo lugar, buscando en dónde pertenecer porque nadie se quiere quedar contigo. Te toca fingir que te agrada la gente para poder tener un vínculo a base de hipocresías, porque siendo tú nadie te para bolas. Y para finalizar: supérame. Despójate del apego emocional que tienes conmigo que yo no soy responsable, y mucho menos, me importan tus sentimientos. Que horrible que tu mundo siga girando alrededor de mí, mientras el mío gira alrededor de alguien más. No busques la relevancia que nunca tuviste mandándome lo que se te sale de la única neurona malgastada que tienes, en vez, busca amor propio; te hace falta. Ya te respondí, ya te puedes matar sola.